Cuando comencé mi terapia estaba atrapado por la necesidad de obtener gratificación inmediata, pero no me daba cuenta que esto significaba la destrucción del resto de mi vida . A lo largo de las sesiones aprendí de mi enfermedad y convencerme que me podía recuperar, comencé a vivir a los 31 años, de una manera muy diferente, me gustó esta nueva manera de ver la vida con alegría, empatía, sintiendo las cosas que pasaban a mi alrededor. Aprendí a conocerme a mí mismo, mis rasgos de personalidad, trabajarlos y saber vivir con ellos. Siempre sentí de Patricia su empatía y cariño, igualmente cuando me desviaba era directa y fuerte en hacérmelo saber. Siempre con una actitud positiva, cercana, muy objetiva, con una memoria increíble, escuchándome atentamente y entendiéndome rápidamente, mostrándome el lado positivo de cada cosa, pero haciendo que yo me de cuenta de eso lo que hacía que aprenda de mejor forma y me quedaba grabado. Siempre descubriendo y haciéndome saber mis avances. De alguna manera ella se da cuenta de los detalles y haciendo preguntas se da cuenda de la raíz del problema o de lo que uno quiere decir o siente, pero no es capaz de transmitirlo con claridad. Ella hace una terapia integral, o sea, no solo del problema sino atacando otros factores que lo afectan, aplica diferentes test de apoyo por ejemplo. Siento que se da el tiempo en atenderme, lo que me hace sentir en un ambiente cálido de confianza con lo que logro abrir mi interior totalmente con ella. Ha sido una guía en mi vida. En una frase: Me encantan sus terapias porque siempre aprendo algo y eso que asisto a sesiones hace 16 años.
Hernán, empresario, 45 años